Marca España: hacer el pincho

  • Marca España: hacer el pincho

    Fabian Picardo

    Que el gobierno de España está intentando aprovechar el Brèxit para ver si puede conseguir, ahora sí, que Europa les compre aquello de “Gibraltar, español”, es tan grosero y tan obvio que ha obtenido una respuesta a la altura por parte del británicos. ¿Me identifico? No, ni con unos ni con los otros, pero merece la pena apuntar que desde España, donde a menudo se critica Cataluña por sus reivindicaciones históricas, y las califican de anacronismo, deberían aplicarse su propia medicina por una pura cuestión de coherencia (que no tienen). De eso no, pero de lo que sí que van sobrados es de un estilo, marca de la casa, que ayer el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, describió como “hacer el pincho”.

    En Cataluña hace tiempo que sufrimos este talante que básicamente consiste en la ausencia de diálogo excepto en los frentes que al poder español le interesan y, para el resto, pues a utilizar todos los medios necesarios, casi nunca escrupulosamente, para amenazar al adversario, acosarle y en su caso lapidar hasta que se espera la rendición incondicional. Es una pena pero quizás a ojos del mundo este proceder que ahora ven que de nuevo se aplica sin fronteras merecería de una parada en el camino. Igual así tenemos algún punto más a favor de lo que está pasando en nuestro país.

    Un manifiesto hace pocos días hecho público por el Colectivo Praga, formado por académicos de renombre independentistas y no independentistas, dejaba claro, por si ya no había dicho basta y de forma suficientemente argumentada, que la propuesta de referéndum que se hace desde Cataluña es del todo constitucional. Y en España venga a contestar con aquel “lo que no pue ‘se’ no pue ‘se’ y adema’ e’ imposible”, que decía el torero. Contestan con ello y con los tribunales, y con la policía, y con “destruir la sanidad catalana”, y con todo lo que sea necesario y que tengan a mano para tratar de aniquilar quien se opone a sus designios.

    Con el caso británico han quedado retratados, y no sólo porque los de May y los de Gibraltar han contestado bien rápido que los de Rajoy no tienen nada que pelar y que en todo caso quien acabaría decidiendo sería el pueblo gibraltareño vía voto. Los han dejado retratados en el mundo para que este episodio no puede decir nadie que es política interior de un Estado miembro. Y a las pocas horas, el ministro español Dastis, rectificaba. El ejemplo británico o las cosas de tener un Estado propio. Envidia sana. Estímulo extra.

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