No necesitan ayuda

  • No necesitan ayuda

    Hasta ayer, ni una mayoría de catalanes ni casi nadie en España sabía que existe un programa de El 33 que se llama Bestiari il·lustrat. Hoy lo conocen unos cuantos más. ¿Qué ha pasado? La proyección de un muy desafortunado reportaje-gag sin gracia e inoportuno. Nunca es ocasión para poner a nadie en la diana de un rifle, por lo que alguien debería haber reparado en lo peligroso de la pretendida sátira. Pero si además, en el momento actual, pones a Juan Carlos I en el punto de mira de un hipotético tirador, sinceramente, el grado de insensatez que se demuestra es elevado. Patinazo es poco. Errores como este son los que deberán conjurarse desde Catalunya en los próximos tiempos. Y con mucha diligencia. Porque ruido y excusas para la caricaturización de lo que es Catalunya, su sociedad y sus legítimas reivindicaciones ya seguirán viniendo solos. 

    La escrupulosidad en las formas que demuestra el president Mas en todo momento es parte de su fortaleza. Que este ejemplo cunda será parte crucial del éxito del proceso abierto en Catalunya hacia el Estado propio. No es aconsejable abastecer de combustible extra a los que, como el ministro Wert, ya se encargan de ir echando gasolina a un debate que en Catalunya es muy dialogado y razonado. 

    Las instituciones españolas, con un Estado propio tras ellas, cuentan con mecanismos variadísimos y con mucho poder al servicio de su causa. No les hacen falta ayudas desde Catalunya. Y si no, miren cómo en los últimos días Joaquín Almunia Viviane Reding , vicepresidentes de la Comisión Europea, han tenido que retractarse en público de su inicial asepsia respecto del choque de legitimidades que enfrenta a la mayoría parlamentaria catalana con la española. ¿Casualidad? No, trabajo denodado de un engranaje institucional español que cuando quiere y para lo que quiere sí funciona. No necesita ayuda.

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