Strauss-Kahn y el purgatorio

  • Strauss-Kahn y el purgatorio

    Hoy en La Vanguardia, y a propósito del caso DSK, Francesc-Marc Álvaro ha hablado en estos términos del último libro de servidor: ” (…) los asesores tampoco hacen milagros, como explica Toni Aira en otro libro indispensable para comprender el espectáculo electoral de nuestros días, Los guardianes del mensaje (…)”.

    Aquí su artículo: Strauss-Kahn y el purgatorio

    Ni culpable ni inocente, sino todo lo contrario. El testimonio de la camarera que le acusaba de violación se ha hundido y Dominique Strauss-Kahn vuelve a ser un hombre libre, pero no se sabe si querrá ni si conseguirá reconstruir su buen nombre para regresar a la arena política francesa. La justicia de Estados Unidos no le condena, pero la opinión pública de su país ya lo ha hecho. Con todo, sus correligionarios socialistas no dejan de especular con el impacto de su retorno. Mientras el tío Baixamar va cocinando un arroz a la bruta tal como lo preparaba su madre, le pregunto si se atreve a hacer predicciones sobre el que fue director del FMI. “Es un problema de purgatorio –afirma sin dejar de vigilar el fuego– que depende, en última instancia, de cómo la memoria de la ciudadanía reelabora la peripecia del personaje; veremos la purificación de su carrera, lo tengo claro, pero no te sé decir cuánto tiempo tardará”. Esta vez mi amigo no me convence. Creo que DSK tendrá que cambiar de oficio, porque ha caído por un exceso de confianza y este defecto le invalida completamente para continuar en la primera división de una de las democracias donde (a pesar del aparente respeto por la privacidad) la lucha por el poder es más dura, descarnada y sucia.

    El purgatorio gusta mucho a Baixamar. Sobre todo desde que Benedicto XVI declaró, hace medio año, que no es un lugar en las entrañas de la Tierra sino un “fuego interior que purifica el alma del pecado”. Al arroz le falta poco y el tío va a lo suyo: “¿cómo se purifica un político en una democracia de estas que llamáis mediáticas? La manera más rápida es, diría, hacer algo más sonado, que borre el resbalón anterior; veremos a DSK protagonizando una audacia que le reinvente, me apuesto una cena”. Acepto el reto, pero le recuerdo lo que escribe Marçal Sintes en el ensayo Periodistes contra polítics, de obligada lectura: “Acumular una bona reputació és difícil i requereix molt de temps; en contrapartida, la reputació no s’esgota amb l’ús. Això sí: pot esgotar-se de manera veloç i definitiva amb el seu mal ús i és molt difícil de restaurar un cop ha estat danyada”. Y los asesores tampoco hacen milagros, como explica Toni Aira en otro libro indispensable para comprender el espectáculo electoral de nuestros días, Los guardianes del mensaje. El viejo pescador refunfuña y apaga el fuego: “Olvidas que nos entusiasman las historias de salvación y arrepentimiento, y cuanto más enredadas mejor; es propio de la especie”.

    La razón me dice que DSK no podrá volver nunca más a la alta política, pero hay tantos elementos irracionales en juego que quizás lo ve claro Baixamar cuando insiste en que todo depende de saber pasar por un purgatorio más o menos confortable. Fijaos en Camps, el de Valencia: él también confía en el mismo método para resucitar, llegada la hora.